
Quienes frecuentan constantemente la oferta cultural de la Ciudad de México sabrán este dato que siempre presumimos con orgullo: la capital cuenta con más de ciento cincuenta museos, lo que la convierte en la segunda ciudad con más recintos de este tipo en el mundo (siendo sobrepasada únicamente por Londres). En la otrora Tenochtitlán, podemos encontrar museos temáticos de toda clase. Por mencionar algunos temas (además de los obvios), la CDMX ofrece recorridos por el museo de la caricatura, del juguete, de Ripley, del calzado, del chocolate… En fin, la oferta es absolutamente amplia.
Sin embargo, estoy seguro de que el museo que recientemente inauguró mi amigo Francisco Carrillo Alfaro es diferente a cualquiera que habrán visto antes. Se trata de El Museo de los Infortunios, un recinto dedicado a la memoria y a la esperanza. Si usted aún no ha visitado su galería, permítame explicarle los dos motivos por los que creo que es un museo diferente al resto.
Razón número 1: Este es un museo con forma de libro. ¿O es un libro con forma de museo? Tanto Francisco como yo hemos preferido dejarles a ustedes esta gran interrogante. Pero lo que sí podemos decir es que El Museo de los Infortunios es un libro que, a través de doce cuentos y seis minificciones, brinda un recorrido por la desgracia humana, examinando casos que oscilan siempre entre la realidad y la ficción. Quienes recorran sus pasillos encontrarán piezas que cuentan historias ambientadas en diversos momentos históricos: desde la Revolución Francesa hasta nuestros días.
Razón número 2: Francisco Carrillo Alfaro es el autor del libro, claro está. Pero no solo eso. Es también curador, administrador, dueño, coleccionista y hasta cajero de la tienda de El Museo de los Infortunios. Quien entre a sus páginas podrá dar un recorrido guiado por sus salas: Pinacoteca (santuario de pinceladas), Espacio escultórico (hogar de piezas esculpidas en mármol y forjadas en metal), Exposición temporal (miscelánea de momentos) y Archivo histórico (imprescindible para la memoria y el olvido).
El mes pasado, tuve el gusto de presentar junto a su autor (y curador y fundador, etcétera, etcétera) El Museo de los Infortunios en la Feria Nacional del Libro de León y en Ápeiron Teatro, en el corazón de la Ciudad de México. Fueron eventos en los que nos divertimos mucho, leyendo pasajes emotivos e incluso interpretando a dos personajes de uno de los cuentos (agradecemos al Hechicero y Lucifero por su última obra).
Aquí dejo algunas fotos de tan histórico momento. Si usted aún no ha visitado este museo, puede adquirir sus entradas en Amazon o directamente con su autor, a través de su cuenta de Instagram.
No deje de visitarlo, estimado lector. Como dice Francisco: ¡sigamos creando vida a través de momentos!




