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¿Por qué rayos te gusta el “Quijote”?

Son muchos los que me lo han preguntado. Algunos con incredulidad y hasta indignación. Otros con sincero interés. Mi respuesta corta para todos ellos es: “Porque el Quijote tiene de todo. Porque es la historia de las historias”. Y sin hacerme esperar, les explico que tiene princesas y barberos, capitanes y pastones, combates y espectáculos, amores y desamores, locuras y corduras.

Grabado de Gustavo Doré

Como todos en este mundo, supe de la obra de Cervantes antes por dimes y diretes que por leerla directamente. Que si Sancho, que si Dulcinea, que si Rocinante… En la carrera, para la clase de Historia del libro y la lectura, leí los primeros cinco o diez capítulos, no más. Luego vi el musical El hombre de la Mancha en español y hasta en francés, pero seguía sin haber leído el texto original y completo.

El libro se asentó en mis manos ya de forma irremediable durante el año que tuve la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas, gracias al curso que ahí impartió Emiliano Álvarez. ¡Pero qué cosa! Y, sobre todo, ¡qué risa! Cómo se divierte cualquier lector cuando entiende que a don Quijote se le seca el cerebro de tanto leer libros de caballeros y que es por eso que decide convertirse en uno. Y así, aunque su caballo esté desnutrido y sus armas maltrechas, sale a la aventura.

Pero va tan falto de sesos y tan confiado de que las historias de los caballeros que salvan princesas y combaten ejércitos ellos solos son reales, que pronto recibe golpes de realidad. Pelea con otros personajes y ahora el que queda maltrecho es él. Confunde molinos con gigantes, eso lo sabemos todos, pero hay episodios aún más cómicos. Cervantes es, en realidad, muy malo con su pobre don Quijote, pues constantemente lo pone en peligro y hasta se diría que al borde de la muerte.

Sancho se le une por ahí del capítulo 7 y entonces comienzan nuevas aventuras juntos. Asisten, por ejemplo, al entierro del pastor Grisóstomo y luego son testigos del magistral discurso de la pastora Marcela (para muchos, una de las primeras expresiones de feminismo). Más adelante llegan a una venta donde se hospeda todo tipo de personajes.

Imaginen: un sacerdote, un barbero que pretende ser escudero, un juez, su hija de 16 años, una mujer que se hace pasar por princesa, un capitán que combatió en Lepanto, una mujer musulmana… Poco a poco vamos conociendo la historia de cada uno. ¡Las cosas de las que uno se entera con estas historias! Llega un momento en el que ni siquiera nos acordamos de don Quijote, porque de hecho él no es mencionado en una muy buena parte de estos capítulos.


Además, el Quijote es un texto inteligentísimo y muy atrevido para su tiempo. Piensen que en la segunda parte (que se publicó 10 años después de la primera), Sancho se entera de que hay un libro que cuenta las aventuras de su señor. Sorprendido, va con la noticia a don Quijote y él también queda azorado. Pregunta si ese libro cuenta sus glorias, pero Sancho le dice que en realidad cuenta sus descalabros. Sí, sí, así como lo leen: los protagonistas de un libro cobran consciencia de que lo son. ¿No es eso fascinante?

A lo largo del tiempo, he leído y oído conferencias de grandes estudiosos como Margit Frenk y Fernando del Paso sobre el Quijote. He visitado dos casas museo de Cervantes en Alcalá y en Valladolid. He leído otros autores de su tiempo como Lope de Vega, Quevedo y Góngora. Poco a poco me he ido metiendo más al tema y cada vez lo disfruto más.


Desde 2021 dirijo distintos círculos de lectura. Hemos pasado por clásicos del siglo XIX, imperdibles del XX y ahora estamos con joyas latinoamericanas. Entre mis proyectos a mediano plazo está dedicar todo un círculo al Quijote. Sé que sucederá pronto.


Por lo pronto, algo que me tiene feliz y que quiero compartir con ustedes es la publicación de mi novela más reciente: La joya robada. ¿Qué tiene que ver con la obra cervantina? El subtítulo lo dice todo: capítulos verdaderos del crimen que investigó el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La novela ganó el Premio Nacional de Literatura Fenal-Norma, fue publicada por Santillana y ya está en librerías. Muy pronto, además, tendremos la primera presentación. ¿Se pueden imaginar a don Quijote investigando un asesinato hace 400 años? ¿Se pueden imaginar lo mucho que reirán con él y otros personajes cervantinos? No se queden con las ganas.

Portada de mi más reciente novela publicada.