El MUCHO: una experiencia multisensorial 

Uno de los aprendizajes más grandes que tuve la oportunidad de vivir este 2023 es que hay un grandísimo número de personas e instituciones que, día con día, contribuyen a la cultura y a las artes en este país. Así lo experimentamos en el Círculo de Lectura pues, gracias a este espacio, conocimos a muchos amigos que hablan de libros en redes sociales, tienen compañías teatrales, ofrecen cursos de arte y literatura, gestionan e impulsan museos y así, un afortunado etcétera. De este último grupo, hay un espacio que destaca de la mayoría de museos conocidos, pues ofrece mucho más allá que vitrinas y objetos del pasado; es un disfrute para los sentidos. Me refiero, por supuesto, al Museo del Chocolate (MUCHO).

Para que un recorrido comience de la mejor manera, la ubicación debe colaborar codo a codo. Y es que el MUCHO puede presumir que se encuentra en el corazón de la Colonia Juárez, en una preciosa casa porfiriana que data de 1909. De hecho, algunas de sus habitaciones todavía conservan vestigios de lo que alguna vez fue una residencia en el centro de la Ciudad de México, como la loseta o los barandales. Al entrar, además de la bellísima arquitectura y un ventanal blanco donde se pueden tomar grandes fotos, nos recibe el personal del MUCHO, quienes invitan a conocer al verdadero protagonista de la tarde: los granos de cacao. Y es que claro, el chocolate cualquier persona lo ha comido, pero oler y degustar una semilla de cacao es un verdadero placer que sólo ofrecen lugares como este.

Al subir las escaleras, ya con los sentidos abiertos a nuevas experiencias, nos encontramos con nueve salas que repasan la historia del cacao, desde tiempos prehispánicos hasta nuestros días, pasando por supuesto por el proceso de cultivo, la composición del grano (y del chocolate en general) y, por supuesto, la elaboración del chocolate. Particularmente, una de las salas iniciales relata curiosidades y datos muy llamativos sobre el cacao en la época mesoamericana y novohispana. Por ejemplo, ¿sabías que a un cargador (tameme) se le pagaban doce semillas de cacao por día? 

Otra de las salas que despiertan muchísimo interés según los propios colaboradores del MUCHO es una de las últimas, en las que se muestran muchos objetos que tienen que ver con la cultura del chocolate: recetas de postres, esculturas hechas a base de chocolate, fotos de fábricas y de productos del siglo pasado en México, entre otras. De esta sala, la exposición que más sobresale es la de la fábrica La Cubana, que tuvo sus años de oro a mediados del siglo pasado. En esta exposición, podemos encontrar fotos del inmueble, de los trabajadores e, inclusive, algunos ejemplares del chocolate Munguía que, según cuentan, era delicioso. De hecho, es a esta popular fábrica a quien le debemos los famosísimos cigarros de chocolate. ¿Te tocó probarlos? 

Por si todo lo anterior no hubiera provocado suficiente entusiasmo para visitar tan enigmático museo, actualmente el MUCHO cuenta con una bellísima exposición temporal, titulada Cacao ‘tic (“nuestro cacao” en tzotzil), es un conjunto de piezas diseñadas en su mayoría por el artista Mario Cantoral que, con mucho esfuerzo, ha buscado una iconografía del cacao mexicano. Gracias a su trabajo, Cacao ‘tic es un ejemplo de cómo se puede encontrar este “nuevo lenguaje para el cacao mexicano” a través de bellísimos diseños del árbol del cacao y el achiote. ¡Visítala antes de que se vaya!

Para que vayas agarrando camino a Calle Milán 45, Colonia Juárez, te compartimos en síntesis tres muy buenas razones para visitarlo. 

  • Es una experiencia multisensorial. A diferencia de tantos otros museos, el MUCHO despierta los sentidos al recorrer cada una de sus salas. Además de maravillar con todas las piezas que tiene en exhibición, el visitante también pone a prueba su sentido del gusto y del olfato, detectando sabores y aromas que invitan a tomarse con verdadera calma su recorrido. 
  • Verdaderos defensores de la cultura del chocolate. El MUCHO no sólo es un museo que exhibe piezas y contabiliza entradas; su labor es mucho más profunda. Así lo platicaba Nora, encargada de vinculación del museo, quien compartió que en este recinto se identifican con la revaloración de la producción verdaderamente chocolatera en México y el mundo. Visitar el MUCHO es contribuir a esta revaloración. 
  • Espacio de convivencia. En las propias instalaciones del museo, se encuentra una maravillosa chocolatería que ofrece bebidas de agua y de leche, para todos los gustos y sensaciones. ¿Acaso no se antoja, después de la visita, un chocolatito caliente con un tamal de chocolate?

Asimismo, desde el círculo de lectura de Elik Troconis, te ofrecemos algunas recomendaciones para que vivas esta experiencia al máximo: 

  • Aprovecha las visitas guiadas: Todas las visitas guiadas en el MUCHO no tienen costo por lo que, para aprender más de la historia del chocolate en México, te recomendamos formar parte de los grupos de entre cinco y diez personas a quienes se les da un recorrido apto para todas las edades.
  • Queda pendiente de los talleres. Este museo ofrece una gran gama de talleres para todos los gustos. ¿Te interesa aprender a hacer chocolate de metate? ¿Qué tantas ganas tienes de decorar malvaviscos en esta época navideña? Busca el taller que más te llame la atención y no dudes en inscribirte. ¡Los precios son muy accesibles!
  • Disfruta la tienda. Como última parada del recorrido, puedes pasar a la tienda del museo. La gran variedad de chocolates y productos hechos a base de cacao te dejará perplejo. Además, como aprenderás en el museo, los productos comestibles son todos chocolate y no sabor a chocolate

Si en este periodo vacacional quieres un plan cultural, llamativo, para toda la familia y, sobre todo, delicioso, el MUCHO sin duda debe ser tu primera opción.

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