¿Qué es el éxito para ti?

Esa es la pregunta que más me han hecho en entrevistas y presentaciones durante los últimos tres meses, desde el lanzamiento de mi novela más reciente. Y es que el protagonista de Titivillus firma un pacto para obtener todo el éxito que siempre ha soñado. El demonio que se le aparece le ofrece todo el futuro que desea a cambio, tan solo, de su pasado. “Cuanto más porvenir tengas, más tomaré yo de tus recuerdos”. ¿Se imaginan? “Entonces, Elik, ¿qué es el éxito para ti?”

La primera vez la pregunta me tomó por sorpresa en una entrevista. Al cabo de un par de segundos, dije: “Si lo digo, arruinaría el libro para los lectores”. Parece una salida fácil, pero es que, en verdad, una parte fundamental de la novela es la transformación de Faustino, el protagonista. Al principio está tan desencantado con su vida y aspira con tanta fuerza a tener un gran porvenir, que le da igual renunciar a sus recuerdos. Pero su decisión lo hace darse cuenta de algo relacionado con el éxito. No digo más porque spoilearía todo.

Lo que sí quiero decir es que esta novela me llevó a mí mismo a reflexionar en torno al éxito. Se nos ha enseñado que este es sinónimo de una gran fortuna económica. Exitosa es aquella persona que tiene un muy buen puesto, que gana bien y que tiene su propia casa. Exitosa también es aquella persona que se casó con el amor de su vida y tuvo hijos con él o ella. Exitosa es la persona que viaja por el mundo con una sonrisa en la cara. ¿Pero de verdad ese es el éxito? ¿Es exitoso quien tiene todo eso, pero detesta su trabajo?, ¿quien no tiene un motivo para hacer todo lo que hace?, ¿quien siempre quiere más y nunca está satisfecho?

¿A Faustino lo hace exitoso publicar libros leídos en todo el mundo, ganar todos los premios literarios, dar conferencias ante auditorios llenos? Uno esperaría que sí, pero quizá no. Con lo que le pasa a Faustino yo me di cuenta de dos cosas. Por un lado, que el concepto de éxito debería ser totalmente personalizado: cada quien debería tener su propia idea de ello porque cada quien es distinto. Y por otro lado, me di cuenta de cuál era mi propia idea del éxito, lo que realmente me importa alcanzar en esta vida.

Insisto en que no diré más para que los lectores disfruten el final de Titivillus. Más bien les tiendo la pregunta aquí: ¿qué es el éxito para ustedes? Y me encantaría que lo respondieran antes de leer el libro y después de hacerlo, por si acaso algo en ustedes cambia con la lectura. Ya me contarán en los comentarios de esta entrada o en Instagram o en Facebook. Mientras tanto, lo que sí quiero hacer es agradecer a los medios de comunicación que se han interesado por este libro y han ayudado a que llegue a más lectores, tales como El Heraldo, 24 horas, Newsweek, el Imer, Canal 22, Radio Educación, e-consulta y otros más que seguramente se me escapan, así como a la comunidad de booktalkers en redes sociales, cuyo trabajo es invaluable. Y gracias a ustedes, lectores, por acoger a Faustino en su vida.

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