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El nuevo libro de Amélie Nothomb

Hace unas semanas, Editorial Anagrama publicó la versión en español de El libro de las hermanas, una de las obras más recientes de Amélie Nothomb. La autora belga es una de las más leídas de la literatura francófona. Con un ritmo promedio de un libro por año, Nothomb sorprende constantemente con historias breves que atrapan por su fuerza desde la primera página. Por eso, desde que recibí el ejemplar de parte de Editorial Anagrama, comencé a saborearlo.

Aunque El libro de las hermanas no tiene la potencia de Cosmética del enemigo o Ácido sulfúrico (mis preferidos de Nothomb), sí se caracteriza por una exploración detenida de la mente de sus dos protagonistas, las hermanas Tristane y Laetitia. Sus padres se amaban tanto que olvidaron amarlas a ellas. Tristane lo resintió porque vivió una infancia solitaria, pero cuando nació Laetitia se volcó sobre ella y la salvó de la misma tristeza. A lo largo del libro, atestiguamos la construcción de la relación entre las hermanas, con sus momentos más felices, pero también con los más difíciles.

Tengo la costumbre de subrayar mis frases favoritas de los libros que leo. Comparto aquí las seis más destacadas de El libro de las hermanas y aprovecho para mencionar que le debemos la traducción a Sergi Pàmies:

Ningún espectáculo nos satisface tanto como el sueño de la persona a la que más amamos. Si encima el durmiente es un bebé, la felicidad va unida a un misterio: ¿con qué sueñas cuando tienes tres meses? (p. 50)

En el tiempo de la infancia solo existe el ahora. (p. 53)

—Déjalos con sus ilusiones.

—¿Qué son las ilusiones?

—Es creer algo bonito que no es verdad.

—¿Por qué?

—Es agradable.

—No me gusta.

—Tienes razón. Pero ciertas personas necesitan eso. (p. 74)

—Y a ti, que te encanta la literatura, ¿no tienes ganas de escribir?

—También me encanta el vino, y no tengo ganas de cultivar viñedos. (p. 149)

Cada alma tiene su herida, esta es la mía. (p. 69)

La muerte no significaba el fin del amor. (p. 165)

¿Ustedes conocen alguno de los libros de Amélie Nothomb? ¿Cuál o cuáles? Si no, muy buena parte de ellos están publicados por Anagrama. ¡Espero sus comentarios sobre estos libros!

10 frases favoritas de “La joya robada”

En las últimas semanas he recibido muchas impresiones sobre La joya robada por parte de lectores que van avanzando a través de sus capítulos o que ya terminaron la novela. Cuando platico con ellos, me gusta hacerles tres preguntas en particular: ¿quién sospechabas tú que era el asesino?, ¿cuál fue la escena que te dio más risa?, ¿cuál es tu frase favorita del libro? En esta entrada, quiero compartir a ustedes las 10 frases que más han gustado a otros. Lo que me encanta de la selección es que hay frases tanto de los momentos más cómicos como de los más tristes. Aquí van:

  1. Llorad cuanto podáis, que la tristeza abandona nuestro cuerpo por medio de las lágrimas. 
  1. Calla, ruin bellaco, hideputa bribón, inmunda rata, bestia de carga, rastrera serpiente, escoria malparida, almorrana del diablo. 
  1. Los delitos son una expresión de la condición humana, un estallido de los sentimientos. 
  1. Las ausencias también indican presencias, tanto como los silencios hablan.
  1. ¿Qué hay, mi señor, más mudable que la voluntad del ser humano?
  1. Hay que ir, por tanto, siempre a los fechos. Solo en ellos podemos creer. Todo lo demás es ilusión, una sombra, una ficción. (Punto extra para quienes saben de dónde vienen las últimas palabras. Pista: es un autor del Siglo de oro.)
  1. Sé quién soy hoy, sé qué siento, sé qué deseo; pero os ruego que no me preguntéis quién seré mañana, qué sentiré ni qué desearé ese día. No lo sé porque cambio, no lo sé porque el mundo cambia. 
  1. Aceptar las pérdidas es tan bueno al alma como abrir los brazos a nuevas venturas.
  1. Esto es tan verdad como que nadie se baña dos veces en el mismo río y que ningún caballero andante derrota al mismo gigante en dos ocasiones.
  1. Hemos de vivir nuestros años como si el mundo y sus elementos fueran para siempre, pero con la conciencia de que no lo son: así sabremos entregarnos sin mesura y sabremos también aceptar los finales.

Gracias, amigos lectores, por compartir conmigo lo que más les ha gustado de La joya robada. El detective don Quijote y yo nos regocijamos de saber que disfrutaron estas aventuras y las palabras en las que están expresadas.

En cuanto a mí, confieso que la 10 es mi favorita entre todas y también que río desbocadamente cada vez que leo la forma en que don Quijote insulta al asesino con la número 2.

¿Y usted, querido lector? ¿Usted por cuál de estas frases vota como favorita?

¿Por qué rayos te gusta el “Quijote”?

Son muchos los que me lo han preguntado. Algunos con incredulidad y hasta indignación. Otros con sincero interés. Mi respuesta corta para todos ellos es: “Porque el Quijote tiene de todo. Porque es la historia de las historias”. Y sin hacerme esperar, les explico que tiene princesas y barberos, capitanes y pastones, combates y espectáculos, amores y desamores, locuras y corduras.

Grabado de Gustavo Doré

Como todos en este mundo, supe de la obra de Cervantes antes por dimes y diretes que por leerla directamente. Que si Sancho, que si Dulcinea, que si Rocinante… En la carrera, para la clase de Historia del libro y la lectura, leí los primeros cinco o diez capítulos, no más. Luego vi el musical El hombre de la Mancha en español y hasta en francés, pero seguía sin haber leído el texto original y completo.

El libro se asentó en mis manos ya de forma irremediable durante el año que tuve la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas, gracias al curso que ahí impartió Emiliano Álvarez. ¡Pero qué cosa! Y, sobre todo, ¡qué risa! Cómo se divierte cualquier lector cuando entiende que a don Quijote se le seca el cerebro de tanto leer libros de caballeros y que es por eso que decide convertirse en uno. Y así, aunque su caballo esté desnutrido y sus armas maltrechas, sale a la aventura.

Pero va tan falto de sesos y tan confiado de que las historias de los caballeros que salvan princesas y combaten ejércitos ellos solos son reales, que pronto recibe golpes de realidad. Pelea con otros personajes y ahora el que queda maltrecho es él. Confunde molinos con gigantes, eso lo sabemos todos, pero hay episodios aún más cómicos. Cervantes es, en realidad, muy malo con su pobre don Quijote, pues constantemente lo pone en peligro y hasta se diría que al borde de la muerte.

Sancho se le une por ahí del capítulo 7 y entonces comienzan nuevas aventuras juntos. Asisten, por ejemplo, al entierro del pastor Grisóstomo y luego son testigos del magistral discurso de la pastora Marcela (para muchos, una de las primeras expresiones de feminismo). Más adelante llegan a una venta donde se hospeda todo tipo de personajes.

Imaginen: un sacerdote, un barbero que pretende ser escudero, un juez, su hija de 16 años, una mujer que se hace pasar por princesa, un capitán que combatió en Lepanto, una mujer musulmana… Poco a poco vamos conociendo la historia de cada uno. ¡Las cosas de las que uno se entera con estas historias! Llega un momento en el que ni siquiera nos acordamos de don Quijote, porque de hecho él no es mencionado en una muy buena parte de estos capítulos.


Además, el Quijote es un texto inteligentísimo y muy atrevido para su tiempo. Piensen que en la segunda parte (que se publicó 10 años después de la primera), Sancho se entera de que hay un libro que cuenta las aventuras de su señor. Sorprendido, va con la noticia a don Quijote y él también queda azorado. Pregunta si ese libro cuenta sus glorias, pero Sancho le dice que en realidad cuenta sus descalabros. Sí, sí, así como lo leen: los protagonistas de un libro cobran consciencia de que lo son. ¿No es eso fascinante?

A lo largo del tiempo, he leído y oído conferencias de grandes estudiosos como Margit Frenk y Fernando del Paso sobre el Quijote. He visitado dos casas museo de Cervantes en Alcalá y en Valladolid. He leído otros autores de su tiempo como Lope de Vega, Quevedo y Góngora. Poco a poco me he ido metiendo más al tema y cada vez lo disfruto más.


Desde 2021 dirijo distintos círculos de lectura. Hemos pasado por clásicos del siglo XIX, imperdibles del XX y ahora estamos con joyas latinoamericanas. Entre mis proyectos a mediano plazo está dedicar todo un círculo al Quijote. Sé que sucederá pronto.


Por lo pronto, algo que me tiene feliz y que quiero compartir con ustedes es la publicación de mi novela más reciente: La joya robada. ¿Qué tiene que ver con la obra cervantina? El subtítulo lo dice todo: capítulos verdaderos del crimen que investigó el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La novela ganó el Premio Nacional de Literatura Fenal-Norma, fue publicada por Santillana y ya está en librerías. Muy pronto, además, tendremos la primera presentación. ¿Se pueden imaginar a don Quijote investigando un asesinato hace 400 años? ¿Se pueden imaginar lo mucho que reirán con él y otros personajes cervantinos? No se queden con las ganas.

Portada de mi más reciente novela publicada.

Leer es sinónimo de felicidad

“La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”, decía Borges. Leer es abrir la puerta a nuevas experiencias, dar la mano a nuevos personajes, comprar boletos de avión a nuevos destinos. Yo no cambiaría por nada una hora de lectura, en silencio o con un poco de jazz, con café o con chocolate caliente, con una cerveza y unas buenas aceitunas. Leer es un placer que enciende todos los sentidos y dispara la imaginación. Por eso, nadie tiene que leer, pero quien lo haga será feliz.

Muchos saben que les gusta leer, pero saben también que no encuentran el tiempo suficiente en medio de la vorágine diaria. Escuela, trabajo, familia, cuentas, pendientes… da la medianoche y otra vez no leí una sola página. Será mañana. Y nos convertimos en la persona del mañana. Y los libros se entristecen, incluso se enojan porque, otra vez, sus páginas no vieron la luz y sus personajes no cobraron vida.

Y está otra cosa: que si logramos leer, no tenemos con quién compartir. A diferencia del teatro o el cine, la lectura hoy en día es una actividad solitaria. Así que la emoción se nos va acumulando dentro de las mejillas página a página, pero no tenemos con quién desembucharla. Nadie lee el mismo libro que nosotros al mismo tiempo y, si acaso lo leyó antes, seguramente ya no recuerda el diálogo que nos ha fascinado esta tarde.

Así, la falta de tiempo y la soledad se yerguen como dos molinos que combaten contra nuestro intento quijotesco de leer hasta que se nos seque el cerebro. ¿Cómo enfrentarlos? Quizá… ¿Qué tal si hubiera un mecanismo que nos obligara a hacernos el tiempo y que a la vez nos diera amigos lectores? ¿Qué tal si volviéramos a leer como antes, en comunidad?

Los círculos de lectura son espacios perfectos para esto. En los que yo dirijo desde 2021, leemos un libro al mes. Vamos comentando impresiones y sorpresas a través de nuestro grupo de WhatsApp y al final tenemos nuestra reunión virtual para dedicar dos horas enteras a comentar la lectura con detalle.

Además, es un curso en el sentido de que exploramos al autor y su contexto, con el fin de entender qué significó la obra en su momento; y también evaluamos su trascendencia en nuestros días. Todos somos lectores, estamos ahí para disfrutar más los libros y para compartir nuestro amor por la ficción.

Este año tendremos dos menús para elegir, uno con lecturas imperdibles del siglo XX y otro con joyas latinoamericanas. Arrancamos el 8 de febrero. Si lo que quieres es leer este 2023, ¿qué estás esperando?

Elik Troconis, ganador del Premio Nacional de Literatura Fenal-Norma 2022

El lunes 31 de enero recibí una llamada, misteriosa al inicio: “¿Elik?” “Sí, él habla.” “Te hablamos de Ediciones Norma.” “Ajá…” “Para anunciar que eres el ganador del Premio Nacional de Literatura Fenal-Norma 2022.” ¡No podía creerlo! Había emprendido el camino de la escritura hace casi 15 años. Había mandado decenas de copias a editoriales y concursos, siempre fantaseando con el premio mayor. Ahora se volvía realidad.

La obra por la que recibí este premio se titula La joya robada. Es una novela policiaca donde el detective es nadie menos que el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Tal como lo leen: una novela policiaca con escenario histórico y tono paródico. Y es que don Quijote es un personaje que ha dado mucho que decir desde su aparición pública en 1605. Aquel glorioso año en que Cervantes nos regaló al Caballero de la Triste Figura cambió la literatura para siempre. Hoy me siento feliz de traer a este personaje a las páginas de una nueva novela y seguir compartiendo lo que el Manco de Lepanto nos obsequió.


Escribí este libro en 2019, mientras gozaba de la beca de la Fundación para las Letras Mexicanas. Se trató de una experiencia que yo mismo disfruté mucho, pues reía con cada página escrita. Debo decir, sin embargo, que en el camino hubo quienes no creyeron en este proyecto y que incluso intentaron disuadirme. Por poco les hago caso. Este premio, por lo tanto, es a la confianza en uno mismo, a la perseverancia y también al apoyo de quienes estuvieron cerca de mí y me empujaron a seguir. Me pregunto cuántas ideas fantásticas nunca vieron la luz porque alguien desmoralizó a su autor. Si alguno de quienes lee esto ha pasado por esa situación, lo exhorto a retomar el proyecto y llevarlo a su término sin demorarse un solo segundo.


Estoy feliz de recibir este galardón, que incluye la publicación de la novela y un generoso premio económico. De la mano de Norma (editorial con enorme presencia en América Latina) y el Instituto Cultural de León, presentaremos esta novela durante la Feria Nacional del Libro de León, Guanajuato, en los primeros días de julio de este 2022. Se convertirá en mi tercera novela publicada, después de Asesino por religión y La conquista de la tecnología, y ocupará un lugar muy especial al lado también de Iluminaciones, Enigmas de la noche fría y Fantasías del terremoto. No puedo esperar a entonces para compartir con ustedes esta nueva creación. ¿Y ustedes?

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Thyrso Editorial: Elik G. Troconis, ganador del Premio Nacional de Literatura