Oaxaca se llenó de libros y sonrisas

Todo comenzó con el deseo de dos buenos amigos de pasar Día de Muertos en Oaxaca. Mayra, nacida en la verde Antequera (como la llamaban los españoles) y promotora número uno de su ciudad, comenzó a planear el itinerario. Visita a Hierve el Agua, taller de tapetes en Teotitlán del Valle, taller de barro en San Antonio Ocotlán, recorrido por las ruinas de Mitla, visita guiada por el ex convento de Santo Domingo y varias escalas en la chocolatería Mayordomo. Pero faltaba algo: la oportunidad de dar.

Conscientes de la situación vulnerable de muchas regiones del estado de Oaxaca, Mayra y yo decidimos ofrecer talleres de fomento a la lectura para niños y jóvenes en zonas de poco acceso a la cultura. Muy pronto, la biblioteca rural El Rosario, de Santa Catarina Minas, levantó la mano para recibirnos. Considerando el público que esperábamos, me di a la tarea de planear nuevos talleres, buscar libros para cada edad y diseñar actividades.

Al mismo tiempo, pensé en convocar editores, autores y lectores cercanos a mí para contarles de la idea e invitarlos a donar libros. Mayra y yo pensamos que podríamos llevar los volúmenes recolectados en el equipaje de mano que llevaríamos en el avión. Pero la respuesta fue tremenda ¡y en tan solo una semana recibimos 635 libros! Incluía 400 ejemplares de literatura infantil y juvenil, 84 ejemplares de literatura para adultos, 89 volúmenes de enciclopedias y 62 libros de texto, además de 40 libretas, 5 documentales en DVD, 2 discos de música y una gran cantidad de artículos de papelería y separadores de libros. Catorce cajas que enviamos por paquetería gracias a la donación de otros lectores.

Y así, el domingo 30 de octubre, Luis Ramos (el encargado de la biblioteca) nos esperaba ansioso en El Rosario, pues los niños habían comenzado a llegar. Y siguieron llegando, tantos que debimos salir de la biblioteca para llevar a cabo la actividad. Y es que el primer taller estaba pensado para 20 niños ¡pero acudieron 52! Eran grupos enteros que venían de una escuela; sobre todo 1º y 2º de primaria. Con el pecho hinchado de felicidad, arranqué con la sesión, preguntando a quiénes les gustaban los libros. Todos levantaron la mano sin dudarlo un segundo.

Leímos dos historias: Mi amigo invisible, de Inés Nava, y Los casos de Chelo Gómez, de Orlando Ortiz. A partir de ellas, les dejé a los niños actividades para trabajar la empatía y la curiosidad. Una hora y media de taller resistieron los pequeños y quedaron felices. Además, gracias al dinero que donaron algunas personas, los niños recibieron juguitos y lechitas. Y dos de ellos también ganaron un libro cada uno tras contestar correctamente algunas preguntas.

Luego comenzamos con el segundo taller, esta vez dentro de la biblioteca. En él participaron 16 jóvenes. Tras conversar un poco, leímos el inicio de La vuelta al mundo en 80 días y ellos debieron imaginar su continuación, decidiendo si Phileas Fogg lograría su cometido e inventando los peligros que enfrentaría. Utilizamos un globo terráqueo y sacamos atlas de geografía para ubicar con exactitud los trayectos, medir los tiempos y calcular los imprevistos. Al final, varios compartieron sus especulaciones sobre el destino de Mr. Fogg y el inolvidable Passepartout. También hubo juguitos para el calor intenso y, después de muchas preguntas realmente arduas, alguien ganó un ejemplar de La vuelta al mundo.

En la biblioteca nos dijeron que nunca habían recibido tanta gente. Ningún evento había logrado tal convocatoria y uno de los mayores triunfos fue lograr que los profesores de aquella escuela llevaran a sus alumnos en conjunto. Confiamos en que, después de esta experiencia, sucederá con más frecuencia y que los niños irán por su propia cuenta. Y, más allá de los números, nosotros medimos el éxito por las sonrisas, los aprendizajes y los buenos momentos que se llevaron estos niños.

Gracias a Ana Lilia Pacheco, reportera de Grupo NVI, la noticia comenzó a circular. Y es que con las buenas noticias sucede algo curioso: en ocasiones circulan poco, pero hace falta tan solo que sean conocidas para que su bondad sea contagiada a otras personas.

La colecta de libros fue tan grande que lo mejor fue repartir los ejemplares en seis sedes distintas para que alcanzaran a muchas más personas:

  1. Biblioteca El Rosario. Santa Catarina Minas
  2. Biblioteca rural en San Pedro Guegorexe
  3. Escuela primara en la Sierra Mazateca
  4. Escuela primaria Luz Proletaria de Costatitlán
  5. Escuela primaria José María Morelos de San Antonio Ocotlán
  6. Escuela primaria Patria de San Sebastián Ixcapa

Mayra y yo verdaderamente creemos que la educación y la literatura pueden cambiar vidas, y estamos seguros de que así sucedió aquella tarde. Sin duda alguna, logramos muchísimo entre todos: el número y la generosidad de quienes apoyaron hicieron una gran diferencia. Todos ellos mostraron entrega sin buscar ningún reconocimiento, pero nosotros deseamos consignar su nombre:

  • Piedad Aguilar
  • Yolanda Alcántar
  • Guadalupe Alcántar
  • Angélica Beirana
  • Luisa Beirana
  • Mariana Castrejón Figueroa
  • Catalina Castrejón Figueroa
  • Rita Espinoza
  • Jorge Estrada
  • Rafael Galicia
  • Jose Eduardo Guerra
  • Alejandrina Guerrero
  • Fernanda Luna
  • Scarlett Mercado
  • Diego Mora Muñoz
  • José Nava
  • Fernanda del Pino
  • Laura Quijano
  • Daniel Ramírez
  • Erika Ramírez
  • Lesvia Ramos Sánchez
  • Nadia Rodríguez
  • Luz María Romero
  • Santiago Salinas
  • Fernanda Sánchez
  • Luis Sarabia Jasso
  • Julio Trejo Fernández
  • Germán Troconis Trens
  • Tere Valdovinos
  • Magali Vázquez
  • Danae Zermeño
  • Thyrso Editorial
  • Nocturlabio Ediciones

Sin duda, este fue un acto importantísimo. Y queda mucho por hacer. La enseñanza, la literatura, las ciencias y todos los campos del saber humano, así como sus prácticas y sus juegos, cuando se comparten con otros, se vuelven un ejercicio basado en la esperanza; en la certera esperanza de que los frutos germinarán pronto y tendremos personas que vivirán mejor y que harán de su mundo uno más enriquecido y disfrutable. Seguimos en esta cruzada.

7 comentarios en “Oaxaca se llenó de libros y sonrisas

  1. Querido Elik, no sabía que había sido tu equipo el de esta gran idea, me compartieron y pidieron apoyo en un grupo de amigas, fue un placer colaborar con esta noble acción y si lo vuelven a hacer con gusto volveré a poner mi granito de arena. ¡más seres humanos como ustedes!Abrazos para ti y tu papá. Tere Valdovinos.

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  2. Cita a modo de agradecimiento.

    «El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el que habitamos todos los días… Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptarlo y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.»

    -Italo Calvino en «Las ciudades invisibles»-

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  3. Que maravillosa acción, que maravilla cuando se estimula a un niño para despertar el placer de leer. Que. Maravilla la colaboración de todos y ti y a Nadia gracias por donar lo mas valioso su tiempo y estoy segura con la calidad y calidez que les caracteriza.
    No supe de esta acción, en la siguiente me anoto para colaborar sería un privilegió

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