5 citas que pintan ‘Orgullo y prejuicio’ a la perfección

El segundo libro que devoramos en el círculo de lectura “Diez clásicos para el 2021” fue Orgullo y prejuicio, una novela que sigue vigente más de 200 años después de que Jane Austen la publicara. La trama quizá parezca simple: amores que lucen imposibles y que al final se concretan, pero en medio de ello hay una tela preciosa para cortar y hacer mil figuras con ella. El pan de cada día está compuesto por malentendidos, confusiones, y, sobre todo, orgullos y prejuicios. Tanto se muestra orgulloso Darcy como prejuiciosa Elizabeth. Son estos dos elementos los que deben hacer a un lado para ser capaces de apreciar la verdadera belleza en el otro.

Siempre es difícil elegir las partes favoritas de un libro y mucho más las frases, pero he elegido para compartir con ustedes 5 citas que pintan de cuerpo completo algunos de sus personajes y sus escenas más sobresalientes.

1. “Sí, la vanidad es efectivamente una debilidad. Pero el orgullo… donde en realidad hay una verdadera superioridad intelectual, el orgullo puede mantenerse siempre en sus cauces”. Quizá hoy tenemos en poca estima el orgullo, pero se debe principalmente a que lo confundimos con la vanidad. El vanidoso resulta desagradable a los ojos de cualquiera porque no deja de situarse por encima del resto. El orgulloso, en cambio, es aquel que valora lo que es y también lo que no es, en el sentido de que conoce su esencia y es consciente de que tales características le permiten obrar. El orgullo es hermano de la confianza en uno mismo, y sin ellos es imposible acometer cualquier empresa.

2. “Pero esa expresión, «amar apasionadamente», está tan manida, es tan dudosa, tan indefinida que ya no significa casi nada. Se utiliza tan a menudo para describir los sentimientos que se tienen por una persona a quien se ha conocido media hora antes como para describir la emoción por un amor real y verdadero”. Esto lo dice la señora Gardiner a su sobrina Elizabeth. Sin duda, uno de los ejes de Orgullo y prejuicio es el cuestionamiento sobre la esencia del amor, de la acción de amar y de lo que hoy llamamos enamoramiento. Bien preguntó aquello la señora Gardiner y, a mi parecer, hoy podemos hacerlo de nuevo. ¿Cuántas veces no escuchamos esa fórmula, no oímos que alguien ama apasionadamente? Habrá que preguntarse qué tan cierto es.

3. “Todo el interés de mi vida ha consistido en evitar esas debilidades que consiguen que un notable intelecto acabe haciendo el ridículo”. Esto lo dice Darcy en un sentido casi filosófico: el alma concupiscente de la que hablaba Platón se mueve hacia los placeres y cae fácilmente en el vicio, pero la razón jala las bridas del corcel y lo encamina al sendero de la virtud. En la batalla que cada uno de nosotros libra internamente, ¿qué fuerza va ganando?

4. “Querida… —contestó su marido [el señor Bennet]—, tengo que pedirte dos favores. El primero, que me permitas el libre uso de mi entendimiento en la presente ocasión y en segundo término, de mi biblioteca. Me encantaría estar solo en mi biblioteca tan pronto como sea posible”. Con su indiferencia y su humor, el señor Bennet es uno de mis personajes favoritos de la novela de Jane Austen. En esta escena, peleado con su esposa porque él está de acuerdo en que Elizabeth no se case con el señor Collins, pide con toda tranquilidad que no lo estén fastidiando.

5. Mientras llega la publicación que escribiré pronto sobre Ivanhoe (nuestra siguiente lectura), despido la selección de frases de Orgullo y prejuicio con una que no necesita comentarios, pues es simple y llanamente Elizabeth celebrando que irá de viaje, ella que sabe lo que es una travesía verdadera: “Mi queridísima tía! —exclamó entusiasmada—. ¡Qué maravilla! ¡Qué alegría! ¡Me das nueva vida y nuevas fuerzas! Adieu a las desencantos y la melancolías. ¿Qué son los hombres, frente a las rocas y las montañas? ¡Ah, cuántos momentos de emoción disfrutaremos! Y cuando regresemos, no seré como otros viajeros, que no son capaces de explicar nada de lo que han visto. Nosotros sabremos dónde vamos… y recordaremos lo que hayamos visto. Lagos, montañas y ríos, no se confundirán en nuestra imaginación ni cuando intentemos describir un lugar concreto empezaremos a debatir dónde se encontraba exactamente. ¡No permitiremos que nuestras primeras impresiones sean tan absurdas como las de la mayoría de los viajeros!”

Así, me parece, son los viajes de verdad, esos que se hacen caminando por un lugar desconocido y también a través de los libros. ¿Qué piensan ustedes sobre Orgullo y prejuicio?

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